Escritos en el inicio de la madurez intelectual; a contracorriente del rebaño, pero sin afectación; sin que lo erudito emborrone lo lúcido; con frases arrebatadoras en las que se describe la enfermedad conocida como juventud, la verdadera naturaleza de instituciones sagradas como la Universidad o el auténtico secreto del éxito de algún cargo o carga público. Por los que valdrá la pena, algún día y siempre que el milagro se produzca, haber impulsado aventuras como Queridos.
Los tres han coincidido en fecha pero no en temática. Diseccionan un tiempo y advierten de los caminos posibles.
Enhorabuena Cristina, Pepe y Antonio.
Alonso Freire
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