Es uno de los gestos de cobardía moral más grande y de insolidaridad más manifiesta ante la amenaza terrorista. “!Que maten a los políticos!” grita el pueblo, cuanto más llano más hondo. Yo lo escuché un día después de lo de Atocha: “hombre, qué putada, a los que vamos en tren, que somos obreros”. Obreros, palabra clave que explica la ligazón sentimental que cierta izquierda no quiere romper con ETA. Lo que nunca pensé es que lo escucharía en boca de profesionales de la seguridad, pero ha ocurrido.
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Felicidades por este acertado post.
Muchas gracias, Verónica. Es usted lo que se dice una amiga.